Aviación y Gastronomía han ido de la mano a lo largo y ancho de la historia. Muestra de ello es la célebre Patrulla Lifara, que tuvimos el honor de recibir el pasado sábado y que esperamos volver a ver pronto en el campo de aviación de Castejón de Sos. Como siempre, todos muy simpáticos y la comida excelente. Eso de comer gambas, langostinos, navajas, percebes, etc, etc en un pueblo del Pirineo no es nada fácil, si no llegan vía aérea.
Por supuesto, perféctamente uniformados y con todo el equipo para la elaboración y presentación de la comida. Mucho me temo que el exámen de acceso a dicha patrulla va a requerir de un curso intensivo por parte de Arguiñano, Adría, Arzak u otro de esa categoría. Además de tener avión y licencia de piloto en vigor…

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