En primer término el glaciar del Aneto y el pico de Coronas, con las crestas azotadas por el viento, detrás las agujas de Llosás: Franqueville, Tchihatchieff y Argarot. Maravilloso verano: Vuelo al atardecer, a cuatromíl metros sobre el Aneto. Con la cabina abierta y en manga corta. (24/08/16) Rápido como el viento avanza el verano. El calor funde la nieve y el paisaje cambia de un día para otro. El hielo azul comienza a aflorar en algunos glaciares, y antes de darnos cuenta, se habrán desnudado casi por completo de su vestido blanco, entonces las crestas y paredes de roca mostrarán su solidez y firmeza. Y acaso, antes de dos meses, estrenarán un nuevo y vaporoso velo blanco, presagio del nuevo invierno, que ya ha cruzado el poste de salida y cabalga veloz sin detenerse ante nada ni nadie. Foto Beatriz Parera. 24/07/2016 Qué caro pagamos los pirenaicos el verdor de la prados y el bonito paisaje primaveral. Lluvia, nubes y si no, viento de norte. De abril a julio. No da tregua la primavera. Los días buenos hay que aprovecharlos para volar. |