Ésto es lo que queda de los glaciares de Tempestades y Barrancas, bajo las cumbres del Margalida, Tempestades y Aneto. Con la gran extensión de roca desnuda pulida por el hielo de la última pequeña glaciación y las jóvenes morrenas que produjo, perfectamente dibujadas y al descubierto. En realidad, hace un rato, en términos de tiempo geológico. Lástima que nosotros ya no lo veremos cubierto todo de hielo, dada nuestra brevísima existencia como individuos de la especie humana.

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